lunes, 29 de junio de 2009

JAMAS BESADA


Bueno, sí...una vez.
¿Les ha pasado que han perdido la fe en que llegue el momento de enamorarse?
Yo solía escuchar las palabras de Emilia, "que nunca voy a enamorarme", decía... "que nunca llegará EL chico", y yo le repetía "no, mi nena...las chicas como tú no se quedan solas".
Yo tenía razón.
Emilia es una chica tan linda! Tiene unos ojos inconfundibles, es risueña y siempre anda de buen humor. Le pone todo el entusiasmo a la vida...a cada cosa que hace, además es muy inteligente y tiene un corazón muy grande.
El hecho es que nadie podría imaginar que hasta ahora no se hubiese cruzado con el amor, sobretodo porque es una soñadora sin remedio, romanticona y dulzona (y blanquita y con pecas) como el arroz con leche con pasas y canela.
Podrían haberse imaginado que en un escenario sin príncipes azules, Emilia tenía por lo menos algo de chica desesperanzada o fastidiada con el mundo...pero ella era todo lo contrario.
Emilia siempre estaba contenta...y luego de las quejas que de vez en cuando nos lanzaba, se reía y decía "es verdad, Amanda...pronto llegará"; entonces volvía a recobrar su fe, su esperanza, no diré su alegría...porque esa nunca la perdía. Ella se emocionaba con las canciones románticas, bailaba y coqueteaba con la vida y le brillaban los ojos con las historias de "a dos".
Podrían creer que envidiaba los cuentos de hadas de las amigas pero por el contrario...suspiraba junto a nosotras, era feliz con nuestras nuevas emociones y sufría nuestras decepciones con toda la solidaridad del mundo, pero claro está con mucha más sensatez.

Hay personas que han nacido para brillar y Emilia es una de ellas.

Emilia siempre nos daba lecciones porque es una persona con el alma totalmente limpia. Ella intuía que el amor para serlo, debía ser bonito y por eso crecía cada día para que llegado el momento, lo entregara a todo dar y pusiera su corazón a flote...no para otro, sino para sí misma...para dejarlo amar y conocer lo lindo que es que los sueños se hagan realidad.
...

Emilia siempre bromeaba con su inexperiencia sexual...el caso es que tenía tanta experiencia en ser dulce y apasionada en todo lo que hace...que nosotros bien le augurábamos un futuro promisorio en aquellos avatares ;).

Emilia compartía sus miedos con nosotras, sus dudas, sus inquietudes, sus preguntas de besos y algo más...su fe en el amor y, claro que sí, en la amistad.
Emilia vivía algo ilusionada con un chico que no ataba ni desataba, bonachón pero ahí no más...(yo, mientras tanto, presagiaba que la persona que llegara a su vida debía ser un chico totalmente fuera de serie).
Emilia tenía curiosidad y una noche, bailando, besó a Carlos.
Dice que la pasó muy bien, y yo le creo. Fue su primer beso...y ella lo tomó como eso...su primer beso y nada más. Sin chispitas de colores, ni dramas, ni proyecciones...había sido un antojo de miel cumplido, sin más ni menos.

...Jorge, ya aparecía en su vida.
La miraba, la engreía...desde los postres de medio día hasta las palabras bonitas de la noche cuando la dejaba en su casa, feliz. Emilia se enredaba en sus ilusiones y sus temores, pero seguía cantando y sonriendo...ella es así.
Jorge la llenaba de gestos lindos y detalles...ella se llenaba de mariposas en el estómago, latidos fuertes y fuegos artificiales en los ojos...Emilia se estaba enamorando.
Emilia descubrió que casi todos tenemos un pasado, Jorge tenía uno pequeño, de dos años, se llamaba Esteban y era hijo suyo.
Claro...nosotras que tanto la queríamos teníamos miedo de que Emilia saliera lastimada; era inexperta, decíamos...demasiado buena, inocente y con poco pasado para todo el que venía de la mano con Jorge. Pero como no podía ser de otra manera...Emilia nos contagió la fe, una que terminó con nuestras dudas y nos hizo decir "adelante"...yo creo que todas sabemos que ella es tan maravillosa que lo que viva lo hará de una forma excepcional.
También sabemos que si hay un tropiezo, estaremos ahí para levantarla...aunque en el fondo no nos atrevemos a admitir que será ella quien probablemente ya se haya levantado cuando estemos listas para darle una mano.
¿Porqué?
Porque Emilia sabe que no importa qué pase...ella ha tomado la decisión de ser feliz y va a construir en cada momento la felicidad que merece el corazón puro y único que tiene. Nosotras sabemos que no importa qué pase...ella merece tantas sonrisas como las que nos ha regalado, así que seguramente, sea cual sea el destino de esta historia, ella la vivirá feliz.
Él sabe que tiene a su lado una mujer maravillosa, llena de vida y de sentimientos nobles...sabe que tiene detrás unos cuantos ojos llenos de expectativas, unas cuantas manos llenas de confianza y muchos sentimientos llenos de orgullo por ser ella quien es...por eso, con ese recelo que sólo conocemos las mujeres...andamos mirándolo por ahí, calladitas, haciéndole saber que tiene con él una parte imprescindible de nosotras, que debe cuidar y valorar siempre.
Ella sabe que ahora el pequeño Esteban es parte de su presente, y que puede ser parte de su futuro. Ella y nosotras estamos convencidas que eso se convierte en un extra cuando se trata de la persona que amas.
Increíblemente, con un escenario que aparenta no ser muy favorable, yo estoy segura que de todas nosotras, Emilia es la más feliz.
Yo intuyo que es porque Emilia es como un libro que empieza a escribir un escritor célebre, que conoce bien cómo hilar las palabras y la vida para hacer una novela de Nobel. No la ha escrito aún...pero todos saben que será un libro de colección...
...Yo creo que el libro se escribe en un momento justo: con el papel listo para que la tinta nueva caiga sobre él.
Yo sé, Emilia, que tú has nacido para escribir historias felices...y que la tuya no fue una de espera sino de esperanza en el amor...en el amor bonito.
No hagas caso, Emilia, a lo que parece ser difícil. Tú puedes, y lo sabes, hacer de esto un final feliz de esos que escuchabas hablar, de esos que veías en la tele, de esos que imaginabas escuchando las canciones de Vos Veis, de esos que más de una vez soñaste despierta cuando jamás te habían besado.

Que suene cursi...hoy no me importa...hoy quiero escribir tu historia de amor, porque me hace feliz y me llena de fe.

Esto es para ti y para todas las personas que nunca han perdido la esperanza en el amor. Prometo no hacerme esperar la próxima vez...pero miren ustedes que no hay espera que sea en vano...que lo diga Emilia.

"es verdad, Amanda...pronto llegará"
Sí, Emilia..."hay personas que han nacido para brillar y tú eres una de ellas"